El dióxido de cloro (ClO2) en la desinfección de agua de riego es una forma extremadamente efectiva de mantener un agua higienizada. Se trata de un desinfectante muy potente, y que no sufre mucha perdida de efectividad con la acidez.
Las propiedades biocidas del dióxido de cloro son efectivas de pH 4 a pH 10
Como desinfectante es realmente interesante por que desinfecta degradando los microorganismos por la oxidación de sus compuestos orgánicos que los componen. Normalmente otros desinfectantes no tienen esta capacidad oxidante. La oxidación es tan potente que destruye con mucha facilidad el biofilm donde se mantienen bacterias tan peligrosas como la legionela.
Un problema del dióxido de cloro es su manejo ya que es se pueden producir incidentes durante el manejo. Por eso se recomienda la producción in situ, se consigue un gasto de explotación muy bajo, para un desinfectante excelente.
La concentración más frecuentes es de 3g/L y no genera resistencia en los microorganismos.
Se puede producción mientras se consume el agua de riego, ya que su almacenamiento es peligroso.
Pero como puntos positivos el tiempo de contacto necesario para que el dióxido de cloro acabe con todos los organismos del agua es de entre 2 y 10 minutos. Teniendo la capacidad de tener un gran poder residual, acanzando la boquilla más lejana de aspersor.
Las aguas provenientes de EDAR deben tener más precauciones en la desinfección.
En resumen el dioxido de cloro es un desinfectante muy potente y altamente recomendado para el riego con riesgo de nebulización y contacto con personas como por ejemplo los campos de golf o fútbol