La desinfección del agua de riego debe asegurarse para el cumplimiento del Real Decreto 865/2003 y la cloración con sal puede ser una excelente manera de cumplirlo.
El cloro se utiliza de forma muy extendida y eficaz como desinfectante, ya que destruye rapidamente bacterias y otros microorganismos, consiguiendo un agua segura y apta para ser pulverizada mediante el riego del aspersor.
Producir cloro localmente ahorra costes de transporte y almacenamiento
Al cabo la inyección tradicional gasta muchos litros de hipoclorito sódico para permitir esa desinfeccíón, por ello para evitar los costes y riesgos del transporte y almacenamiento del producto existen sistemas de generación de cloro mediante la electrolisis de sal común (NaCl).
Para administrar el cloro en tanques se deben tener altas medidas de seguridad, y producir el cloro localmente tiene grandes ventajas prácticas.
Las ventajas comienzan con no tener que manipular el producto, solo se manipula sal para recargar el deposito, evitando riesgo de accidentes. Además la producción in situ elimina la necesidad de proveedor del producto.
Los equipos de electrolisis permiten separar el sodio del cloro para no aplicarlo en el suelo con el riego.
El coste de generación es muy inferior a la compra de hipoclorito sódico, por lo que la instalación inicial puede ser más costosa, pero a largo plazo no. Su único coste es el mantenimiento de membranas y los ánodos.
Lo mejor de los sistemas de producción de cloro es que se puede separar los iones mediante membranas para obtener una salmuera donde se acumule el sodio y dejar el cloro separado. El cloro se usará para regar con agua limpia sin dañar el suelo con el sodio, y el sodio se queda en un tanque separado que puede utilizarse como herbicida general muy potente.