La transpiración y la translocación son procesos fisiológicos fundamentales.
La transpiración consiste en la pérdida de agua en forma de vapor a través de las hojas; es difícil distinguir este proceso de la evaporación del suelo, por lo que al fenómeno completo se le denomina evapotranspiración, el cual está dirigido por un gradiente de humedad, desde la zona más húmeda inferior (por debajo de los 5,5 cm) hacia la más superficial (primeros 5,5 cm). Este agua transpirada permite el enfriamiento de la planta, pero en situaciones de altas humedades relativas o altos valores de VWC este gradiente no se produce, con lo que no hay refrigeración de la planta y la “canopy temperature” o temperatura foliar aumenta considerablemente, aunque la temperatura exterior no se modifique. De ahí el hecho de que la temperatura que midamos sea la foliar, para poder así medir el nivel de estrés térmico de nuestros greens.
La translocación es el movimiento de compuestos de fuera hacia el interior del césped, y el movimiento dentro de su sistema. Así, cuando aplicamos hierro foliar, éste se transloca hacia las moléculas de clorofila, y el resultado es la coloración verdosa foliar de nuestros greens.
Los procesos de transpiración y translocación son óptimos cuando los balances aire/agua son correctos. Así mismo, excesos de VWC o altas humedades relativas durante períodos con altas temperaturas, aumentan el estrés térmico de nuestros greens debido a la imposibilidad del proceso de transpiración.
Estudios realizados por Stevens revelan que el 85% del VWC y de las medidas de CE, se producen en los primeros 6 cm del perfil del green, es por ello que ha de ser la zona prioritaria a monitorizar.