A menudo, los suelos de golf presentan sus calles y roughs construidas sobre el suelo original con su Naturaleza Mineral, y es por tanto importante conocer el origen de los distintos suelos y sus características. Una primera aproximación a su comprensión parte del estudio litológico de la zona, pues nos dará información sobre la naturaleza del suelo de nuestras calles.
Así, las diferentes litologías que abunden en las inmediaciones del campo de golf darán lugar por meteorización, erosión, etc. al suelo de nuestras calles y roughs.
Los posibles horizontes de suelo para nuestras calles son:
- “Móllicos”, ricos en materia orgánica, oscuros, de gran espesor y bien estructurado.
- “Ócricos”, de color claro, con poco carbono orgánico, de bajo espesor, muy compactados cuando están secos.
- “Cálcicos” con acumulaciones de carbonatos cálcicos, petrocálcicos (similar a los cálcicos pero endurecidos).
- “Gypsicos y petrogypsicos” (también llamados yésicos y petroyésicos),
- “Árgicos” con acumulaciones de arcilla
La meteorización de los suelos da lugar a migraciones de minerales poco solubles (calcita), medianamente solubles (yeso), muy solubles como sales de sodio y ó sulfatos, e incluso de partículas coloidales transportadas en suspensión.
La naturaleza carbonatada de muchos materiales litológicos determina que el lavado de carbonato cálcico intervenga de forma muy importante en la génesis de muchos suelos, es el caso de los horizontes cálcicos y petrocálcicos, caracterizados estos últimos por una fuerte cementación causada por la acumulación masiva de carbonato cálcico.
El proceso de gipsificación consiste en la translocación en disolución de yeso desde la superficie para precipitar posteriormente en profundidad, siendo petrogípsico si es muy intensa y constituye una capa cementada en el suelo.
En el caso de las sales más solubles que el yeso, su movilidad es mayor, produciéndose movimientos descendentes y ascendentes por fenómenos de capilaridad debido a altas temperaturas y evaporación, se producen entonces horizontes salinos.
El proceso de ilimerización o translocación de arcilla es la movilización, por lavado en suspensión de éste, desde un horizonte superior a otro inferior en el que se deposita, dando lugar a un horizonte árgico.