El agua de los sistemas de riego puede provocar corrosión e incrustraciones en función de su composición.
El agua pura no existe. Todas las aguas tienen sales disueltas. Todos los elementos químicos presentes en un agua de riego se presentan formando diferentes especies químicas.
La cuantificación de éstas es su “especiación química” .
Así por ejemplo, el Calcio puede estar en un agua como ión Calcio. Formando parte de la molécula de Sulfato de Calcio (Yeso), y a su vez también como parte de la molécula de Carbonato de Calcio (Calcita).
Además de formar parte de otras muchas especies, incluyendo al mismo Ca como especie química diferente.
En determinadas situaciones, debido por ejemplo a subidas de temperatura (época estival), cualquiera de estas especies químicas puede dejar de estar disuelta.
Es en ese momento cuando decimos que está sobresaturada en una determinada especie, su índice de saturación es mayor que 0.5, IS > 0.5, y puede comenzar a “precipitar“.
Esta situación que suele darse en las boquillas de los aspersores en verano.
Las sales disminuyen el diámetros efectivos en las tuberías por deposiciones calcareas concéntricas, con la disminución del diámetro y la presión nominal de las mismas.
Todo ello conlleva una disminución en la eficacia del sistema hidráulico del campo y la aparición de “dry patches“, posible consecuencia de un riego insuficiente.
El caso contrario es aquel donde el agua de riego, debido a su propia naturaleza, está ávida de ciertas especies químicas, y por tanto disuelve minerales, incluso los propios con los que se fabricaron las tuberías de riego.
Decimos que el agua está muy insaturada de esas especies químicas, su índice de saturación, IS <0.5, y se produce la “corrosión“.
La situación ideal se da en situación de equilibrio, donde no se produce ni un fenómeno ni el otro. El índice de saturación para aquellas especies químicas en estudio está entre -0.5 y 0.5, y el agua decimos que está en equibrio.
Tiloom ha desarrollado la capacidad de determinar esas situaciones, tanto en el agua de riego como en el suelo.
Por tanto, posible corregir estos fenómenos, bien por ejemplo a través de inyecciones de ácidos u otros mecanismos, siempre dependiendo de cada situación particular.
El gráfico adjunto, donde se pueden interpretar cómo se producen estos fenómenos debido a cambios en la temperatura del agua de riego o situaciones de altos contenidos en CO2 en el suelo provenientes de degradación de materia organica en suelos ácidos.