El agua constituye el factor de crecimiento más importante y limitante de todos. Su molécula está constituida por dos átomos de Hidrógeno y uno de Oxígeno unidos por un enlace covalente.
La interacción de estos dipolos es la responsable de la tensión superficial del agua, es decir, la facilidad con el que el suelo “se moja”.
Aquí es donde entran en juego los surfactantes (tensoactivos), de uso extendido en el mundo del greenkeeping. Con ellos se disminuye la tensión superficial del agua, disminuyendo la formación de rocío en la superficie de los greens y a su vez la proliferación de enfermedades fúngicas, tales como el “dollar spot” en greens recubiertos de rocío y bajos en Nitrógeno.
Otro efecto muy importante del uso de surfactantes es la eliminación de zonas hidrófobas, los “dry patches” o “secas”. Estos se atribuyen a efectos de descomposición de hongos basidiomicetos. Hongos del mismo grupo que los microorganismos que causan los típicos “fairy ring” o “anillos de brujas” en el suelo.
La cantidad de agua susceptible de ser tomada por las raíces, es aquella circundante a las mismas y por tanto dependerá de diferentes características del suelo como: