¿Por que hace falta un suelo drenado?
El agua es fundamental para el desarrollo vegetal, es motor principal del crecimiento. Pero parafraseando a Paracelso, “Todas las cosas son veneno y nada es sin veneno; Sólo la dosis hace que una cosa no sea un veneno“. Cuando hay exceso de agua puede dejar de ser tan buena noticia. El drenaje es la solución a los momentos de exceso de agua. Los suelos saturados de forma frecuente no permite en correcto desarrollo radicular ya que las raíces no se oxigenan. Además los suelos poco drenantes no permiten el lavado adecuado de las sales, por lo que los problemas se agravan.

Para evitar problemas de saturación y salinidad se ha desarrollado intensamente la ingeniería del drenaje.
Los puntos más sensibles a la hora de planificar un drenaje adecuado son las zonas bajas donde se pueda acumular el agua y o zonas con obstáculos para el movimiento del agua como rocas o edificios. Superficialmente se debe intentar mantener siempre ligeras pendientes para facilitar el bombeo del agua a canalizaciones naturales o artificiales. Pendientes menores al 1% suelen ser suficiente para que el agua corra a cauces de escape.

Generalmente el drenaje superficial no es suficiente y necesita ser apoyado con un drenaje subterraneo, enterrado medio metro o más. Este drenaje consiste en canalizaciones de zanjas rellenas de tuberías de drenaje y arena que se diseñan en función de las curvas de nivel del terreno. En función de las necesidades drenantes estas zanjas se suelen distribuir con una espaciamiento de 3 a 20 metros. La tubería de drenaje no es imprescindible, en ocasiones con preparar una zanja llena de grava y arena es suficiente. Lo más importante es seguir lineas perpendiculares a las curvas de nivel y dar una salida a ese agua dirigiéndola a un cauce que no moleste al desarrollo de la actividad en esa superficie.
Para conocer si tu suelo tiene problemas de drenaje a parte de la evidencia de que cuando llueve no infiltra la suficiente cantidad de agua existen herramientas como los penetrómetros que pueden ayudarte a ver si tu suelo está demasiado compactado y controlar su situación realizando labores sencillas como pinchados u impulsándote a organizar el drenaje de la zona.
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