La planimetría es la determinación del moldeado de una superficie construida. Por ejemplo, un campo de futbol actualmente se observa moldeado aparentemente perfectamente horizontal, pero realmente esconde pendientes a dos o cuatro aguas inferiores al 1%.
Durante la construcción de un campo se asegura la planimetría objetivo cuando se moldea la superficie con un tractor controlado con una autoniveladora láser. Pero el paso del tiempo con los pinchados, escarificados, recebados o la eliminación de material con distintas fresadoras o “rotovateadoras” pueden ir modificando esas pendientes.
El uso del campo deteriora con el tiempo el moldeado del campo.
Sin la existencia de pendientes, se provocarían deficiencias en las evacuaciones de agua en episodios de lluvia intensa, encharcamientos en zonas de baja infiltración, etc.. mientras las pendientes excesivas e irregulares resultan en campos con una mala jugabilidad, dificultades en el movimiento de la pelota y visualmente deficientes.
Se puede comprobar la planimetría general del campo con un sencillo nivel óptico. Con este tipo de herramienta se valora con claridad si las pendientes del campo se mantienen correctamente.
Es recomendable comprobar la planimetría con nivel óptico al menos una vez al año.
El nivel óptico utiliza trigonometría básica para determinar distancias y ángulos, por lo que se pueden calcular segmentos y diferencias de cotas, ingredientes esenciales en el cálculo de cotas.
Por otro lado, no tienen por qué distorsionarse gravemente las pendientes generales del campo, pero si es muy frecuente que se produzcan pequeñas vaguadas y collados en el campo. Estas zonas hundidas o levantadas estorban la carrera de los jugadores, modifican la dirección del balón y causan encharcamientos que pueden llevar a graves problemas de black layer.
Las barras rectas normalizadas se han desarrollado para medir la uniformidad de la superficie. Este dispositivo se utiliza para identificar zonas altas y zonas bajas del campo. Nuestros equipos son plegables y sus juntas están hechas de fibras sintéticas con resistentes mecanismos de cierre para evitar holguras.
Dar seguimiento a la planeidad es clave para una superficie de calidad.
Junto a la cuña milimetrada incluida, se puede medir la desviación de la rectitud para a posteriori corregirla con un pequeño recebado o con rodillos. Las mediciones se ajustan a la normativa de la FIFA en la que se hace referencia a la norma europea NEN 13036.
Para mejorar la calidad de nuestros campos debemos fijarnos en estos detalles, así conseguiremos campos duraderos, profesionales y más fáciles de mantener.
En las visitas a los campos con frecuencia se ven a simple vista las irregularidades del terreno.
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