La temperatura es un factor clave para el desarrollo de cualquier cultivo y el estrés por frío es determinante.
La localización es fundamental a la hora de decidir un césped adecuado y bien adaptado a las condiciones previstas generales. Si la zona tiene un invierno bien marcado los céspedes C3 tiene más posibilidades de vivir que los C4 durante esos periodos. De más resistente al frío a menos resistente al frío se podría definir este orden:
Poa trivialis
↓
Agrostis stolonifera
↓
Poa pratensis
↓
Poa annua
↓
Festucas
↓
Lolium perenne
↓
Lolium multiflorum
Los céspedes C4 son menos resistentes que cualquiera de los anteriores a temperaturas por debajo de 12ºC.
Algo que no se tiene muy en cuenta a la hora de cuidar céspedes que van a soportar temperaturas bajas es el drenaje. Las condiciones de saturación altas perjudican gravemente la supervivencia del cultivo. Durante las épocas frías el césped apenas crece y no evapotranspira por lo que puede vivir en perfiles secos y bien drenados. Además un césped muy turgente es más propicio a sufrir daños por el frío.
La nutrición es clave para que el césped pase el invierno, huid de los excesos de nitrógeno y acercarse al potasio y fosforo.
Las aplicaciones de fertilizantes nitrogenadas antes de la época invernal ayudan a aumentar la turgencia de la planta en vez de hacer sus tejidos más gruesos y robustos. En cambio el fósforo y el potasio son dos buenas muletas en las que apoyarse.