Los jabalís son cada día un problema más acusado en los céspedes de campos de golf, la falta de depredadores hacen que se hayan convertido en una plaga difícil de solucionar.
La dificultad para conseguir autorizaciones de batidas hace que los medios para la eliminación o ahuyento de los mismos se limiten al uso de pastores eléctricos, los cuales no pueden utilizarse en toda la zona del campo por razones obvias; permisos de espera y caza con los que se permite el cebado y la eliminación de ciertos ejemplares “recechos nocturnos”, lo que a veces puede a su vez atraer más ejemplares; uso de sprays ; bolas de alcanfor; uso de pelo humano esparcido; y hasta parece que se está comercializando orín de lobo… aunque finalmente se acostumbrarán a todo este tipo de sistemas.
Los destrozos están motivados por la búsqueda de alimento, ya sean trufas, bellotas, setas, caracoles, gusanos, etc. Los más dañinos son los grupos de jabalís con sus crías o “rayones” , suelen ir en manadas y son muy dañinos. La época de celo se da entre noviembre y principios de diciembre.
Generalmente los ataques se producen en antegreens o roughs especialmente húmedos y de hierba alta, para revolcarse y regular su temperatura, raramente en los greens debido, según se dice, a que las banderas de los greens son tocadas diariamente por los jugadores y ese olor los mantiene alejados.
En la península ibérica tenemos dos subespecies: el Albar (Sus scrofa castilianus) y el Arocho (Sus scrofa baeticus).
Tiloom recomienda ante todo mucha paciencia…