Conocemos el humus y sus características como materia orgánica pero la Leonardita es una forma de la materia orgánica más mineralizada y mucho más desconocida para todos.
El humus natural en nuestras superficies deportivas se va formando en poco tiempo, fundamentalmente en los estratos del perfil de suelo a partir de los 2 cms de profundidad y está constituido por fenoles, lignina, lípidos, azúcares y otros ácidos orgánicos.
Esencialmente restos biodegradados de la actividad microbiológica de nuestros greens, tees, calles o campos de fútbol es lo que forma el humus. Estas sustancias se producen en periodos relativamente cortos de tiempo en contraposición a otras mucho más ricas y concentradas producidas durante millones de años a altas temperaturas y presión.
Productos como la leonardita, cuyos yacimientos podemos encontrar en España en las minas del Valle de Ariño (Teruel) son un buen ejemplo de como los procesos geológicos potencian exponencialmente las cualidades de los restos orgánicos mineralizados. La leonardita extraída de estas minas, presenta una riqueza única. Se trata de una forma del carbón que no ha terminado el proceso de formación. La vegetación existente hace cientos de millones de años se ha ido mineralizando hasta obtener un producto muy interesante a nivel agronómico.
El Doctor A.G. Leonard en Dakota del Norte estudió por primera vez las características del material.
La leonardita presenta las sustancias húmicas muy concentradas y se puede aplicar directamente en el suelo como enmienda ecológica que incrementará la Capacidad de Intercambio Catiónico del suelo. Su impacto es muy positivo actuando con:
- Mejora de la estuctura del suelo generando esponjosidad. Particularmente indicado para las zonas más arcillosas.
- Colabora en la mejora de la capacidad de infiltración del suelo.
- Prebiótico para el desarrollo de microorganismos
- Tiene alta capacidad de intercambio catiónico (C.I.C.)
Un suelo con mayor capacidad de intercambio catiónico permite aprovechar más las aplicaciones nutricionales disminuyendo la lixiviación de nutrientes. Esto es particularmente problemático en los suelos de los campos de césped natural que suelen ser construidos en superficies muy arenosas y con poca retencion de agua y nutrientes.
Su aspecto es de un sólido oscuro que se puede presentar granulado o líquido.
Los ácidos húmicos en el contexto agronómico se entienden como ácidos húmicos y fulvicos. Los ác fúlvicos son solubles tanto en todo el rango de pH mientras los ac. humicos sólo lo son en pH básico. Los ácidos húmicos actuan con bastante persistencia mejorando la C.I.C. y la retencion de agua, mientras que los fúlvicos tienen una acción más rápida sobre la planta a través del crecimiento radicular.
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